Su vida social era un desastre. Su mundo giraba entorno a los mercados financieros , afición que descubrió mientras estudiaba la carrera de económicas, para años después al terminar un máster de bolsa dedicarse plenamente a ello.
Aquel día de Viernes había sido agitado, un nuevo curso le impidió ver los gráficos ese día.
Con ansiedad abrió la puerta de su casa y se fué directa a encender su ordenador.
Al poner la plataforma de Prorealtime comenzó a sentir un hormigueo en el estómago.
Fué pasando valores hasta que se detuvo en uno concreto.Le llamó la atención el movimiento bajista de FCC y se fijó en aquel hueco desde sus mínimos recientes que aún no se había rellenado...
Decidió analizarlo. Incluyó un indicador aparecido en un blog cutre , llamado volumen climático trilero .
Su pulso se aceleró...
El indicador mostraba una acumulación en la zona de mínimos de la cotización , y en la zona del hueco,una barra de volumen climático mostraba un soporte importante.
Sus mejillas se ruborizaron.
La sesión estaba a punto de terminar en cuestión de minutos y la vela diaria formada era una vela de rango estrecho ,las mismas que se suelen encontrar en zonas de escape y dan pie a jugosas operaciones.
Para confirmar este hecho,se estaba produciendo una barra de volumen climático anormal.
Empezó a sentir calor.
Incorporó otro elemento en el gráfico, un Konkorde Reverso , un cambio particular del famoso indicador Konkorde de Blai5 ...
La Curva del konkorde estaba cortada al alza por encima de la media roja y en esta versión , las manos fuertes azules estaban posicionadas en el valor.
Quedaba poco tiempo para comprar antes del cierre. Se sintió mojada .
Sus manos sudorosas acariciaban el ratón del ordenador.Empezó a imaginar como sería la apertura del Lunes , con agitación , fantaseó con la idea de una apertura con subasta de volatilidad al alza , su cuerpo se estremeció con convulsiones llevándola a un climax de placer inenarrable , un torrente de sensaciones ardientes de las cuales no podía escapar .Gritó ¡ si ! ¡ si ! en el silencio de la habitación y pulsó la tecla de orden de compra. Los estertores siguientes acabaron bruscamente y una sonrisa y una tranquilidad invadió su ser.
Se quedó largo rato mirando la pantalla con aquella emoción hasta entonces desconocida y una felicidad le embargó.
